Domingo F. Faílde entrevista a la autora

de El ritmo de las sombras y A orillas de la carne

"... es mejor recurrir a la estética para contar a los demás cómo hemos vivido hasta este momento las circunstancias que nos han hecho crecer"


- El silencio, tan ominoso como injusto, que se cernía sobre su obra, acaba de romperse y eso ganamos todos, pero ¿cómo vive la poeta este cambio de situación y, sobre todo, cómo lo explica?

- Creo que ese silencio, nos ha sido necesario, a mi obra (ay, Dios ) y a mi, para conocernos en la intimidad, para madurar las dos, para serenarnos juntas y mostrar a los demás lo que permite el pudor. La depuración de la experiencia. La síntesis prensada de todo lo vivido hasta el momento.
Por eso, Domingo, no lo veo ominoso a ese silencio, sino necesario. Yo creo que nos ha venido bien a ambas. A mi palabra le faltaba el temple que dan los años. Antes era bastante exhibicionista, ahora en cambio se ha convencido de que es mejor recurrir a la estética para contar a los demás cómo hemos vivido hasta este momento las circunstancias que nos han hecho crecer. Y a mí también me ha venido bien. Porque este rumor de premios que se ha levantado a mi alrededor últimamente me tiene sobrexcitada, abrumada y sorprendida y no creo que eso favorezca a mi tensión arterial, en absoluto, ni a mi obra como tu la llamas.
Pero faltaría a la verdad si no dijera que siento una enorme sorpresa al saber que hay a quien le gustan mis diseños minimalistas, hasta el punto de dejar en la cuneta otros tantos, que, sin duda ninguna, tenían los mismos merecimientos.
Y alegría. También siento alegría de ver impreso un libro propio y cogerlo y tocarlo y leerlo y ponerlo al lado de los de tantos amigos de los que he ido aprendiendo en estos años. Tengo una balda dedicada solo a los amigos.
Y en cuanto a explicar el porqué de lo que está ocurriendo no acierto a entenderlo, como no sea que la Diosa Fortuna me está haciendo ahora mercedes, con todo lo que eso significa. Porque se dice de ella que siempre suele pasar factura y que suele ser mudable.

"... la soledad es necesaria para aprender a ser libre y descubrir cuál es nuestra misión en un mundo que se nos está rompiendo a pedazos"

- Se dice, muchas veces, que el poeta, en el fondo, es una gran soledad. ¿Está de acuerdo, al menos en su caso?

- Totalmente de acuerdo, aunque yo siempre me he sentido bastante sola interiormente, bastante rara e incluso celosa de mi mundo interior, aunque los demás no se dieran cuenta de ello. Yo me sentí sola, pero sola sin traumas, mucho antes de entrar en contacto con los libros. Mi infancia fue la infancia de una hija única, hasta los nueve años y medios. Criada por abuelos, porque mis padres trabajaban los dos. Mi madre fue una pionera en trabajar fuera de casa. Así que yo, aprendía de mis abuelos lo que ellos me contaban de la vida, al calorcito del brasero. Ese brasero que creo que sale en todos los poemarios que tengo, los premiados y otros tantos que andan por ahí probando suerte. Por eso te digo que mi soledad fue sin traumas. Mis abuelos compensaron la falta de hermanos y el juego entre niños. Creo que estar siempre con adultos me hizo madurar antes.
En la adolescencia, tal vez experimentase esa soledad como algo negativo, pero ahora la busco, la necesito y me da el equilibrio, que a veces las circunstancias que nos van surgiendo en la vida, nos impiden tener.
Además creo que la soledad es necesaria para aprender a ser libre y descubrir cuál es nuestra misión en un mundo que se nos está rompiendo a pedazos.

"Creo que soy producto del reciclaje de muchas tendencias"

- ¿Se siente identificada con alguna generación o tendencia?


- En el libro de” El ritmo de las sombras” hay un poema que se llama “Verdades instantáneas”, en él expreso qué pienso de las verdades absolutas. No me atraen lo más mínimo. Yo creo que estamos aquí, en esta brevedad que es la vida, para empaparnos de un diluvio de verdades. Por eso, me gusta ser permeable a todas las generaciones, que por mi profesión he tenido la suerte de conocer. Como gran ecologista que soy, creo que estamos aquí para reciclarlo todo, no es bueno tirar las cosas definitivamente. Hay cosas a las que no les ves el sentido en un momento de tu vida y en otro las añoras. Creo que soy producto del reciclaje de muchas tendencias, tengo poemas que han surgido de mi complicidad con el “silencio”, otros en los coqueteo con la “nueva sentimentalidad” de la que habló por primera vez Machado, en otras me veo en la línea solidaria que persiguen los de la “Poesía de la experiencia”, intentando trascender el individualismo e ir más allá de mi frontera hasta llegar a los otros. Y de las Vanguardias, me gusta hacer de tanto en tanto un guiño idiomático introduciendo palabras cotidianas de la actualidad, pero siempre con un valor simbólico. También me gusta hacer poemas visuales, con disposiciones que permitan varias lecturas a un tiempo. Como meter un poema dentro de otro.
Creo que los personajes que salen en mis libros tienen algo de ese alguien mutante que he ido siendo por mis circunstancias personales. Yo me veo poliédrica. Eso no sé si es bueno o es malo. Pero es como a mí me gusta ser. Tal vez deberían ser los críticos quienes dijeran de qué corrientes o autores soy deudora.

- ¿Cómo ve la poesía Celia Bautista?

- Como un instrumento de comunicación, de conocimiento e incluso de concienciación. Y como el medio del que me sirvo para devolverle a la vida, reciclado desde mi punto de vista, todo lo que la vida me ha dado en cuanto a experiencias, oportunidades culturales, conocimiento de personas y circunstancias en las que he vivido.
Desde el punto de vista estético, mi opción actual es descubrir en las palabras cotidianas todo su calado y jugar con ellas a decir cosas.
Y en cuanto a la poesía te diría que hoy es para mí algo de lo que no puedo prescindir. Es como un reto diario para que no me quede dentro nada que pudiera merecer la pena, cuando me regalen una parcelita en el solar del silencio permanente.

"...en ambos aparece una protagonista que se encuentra en la sobremesa de su vida. En una etapa de madurez y de plenitud vital"

- En poco tiempo, dos libros, dos premios, ¿por qué no nos habla de los primeros y nos dice en qué se parecen y en qué se diferencian?

- Sí, dos libros. Esto ha sido casi como un parto gemelar.
El primero “El ritmo de las sombras”, ya está publicado en la Colección Daniel Leví. De la Asociación Cultural Andrómina. Córdoba. Han hecho una edición muy cuidada de 300 ejemplares, numerados.
El segundo, saldrá a mitad de noviembre.
En cuanto a su contenido, se parecen en que en ambos aparece una protagonista que se encuentra en la sobremesa de su vida. En una etapa de madurez y de plenitud vital.
En el primero, esa protagonista, digiere lo que la vida le ha dado hasta el momento y en un periodo que va desde la sobremesa a la puesta de sol, recorre las sombras de su vida, interpretándolas. Pasa revista a los recuerdos, a la percepción acelerada del tiempo, a las decepciones, a los amores, a la necesidad de encontrar una palabra que la vista y a los miedos. Todo ello en un tono sereno y con una mirada positiva, intentando salir recreada de todo ello.
De él Balbina Prior dijo en la presentación, que era un libro coherente y unitario, con poemas cerrados propios de la poesía experiencial, salvo los poemas amorosos en los que se entabla un diálogo en estilo indirecto que recuerda a autores que van, desde León Hebreo, hasta a los románticos. Se refirió también a ciertos guiños a las a las vanguardias en algunas expresiones y disposiciones caligramáticas.
El segundo es un poemario en el que predomina lo erótico. Aunque es un erotismo atemperado por los años. Es un poema en el que la sensualidad se centra fundamentalmente en el tacto. Y ese erotismo intenta trascender lo personal e ir un poco más allá. Descubre la relación amorosa de elementos de la naturaleza, como la de la mar y el viento. En todo el poema aparecen la mar y el viento como referentes simbólicos también.

"Yo creo que aporto a los temas tradiocionales poéticos una visión femenina, con un lenguaje cotidiano y sencillo"


- ¿Qué aporta Celia a la poesía española?

- Eso creo yo que debería decirlo el lector y la crítica. Yo creo que aporto a los temas tradiocionales poéticos una visión femenina, con un lenguaje cotidiano y sencillo que sin embargo tiene un doble fondo.

- Y, después de estos libros, ¿qué? ¿Cómo ve su futuro en este bronx canalla en que nos han convertido la literatura?

- Pues estoy optimista. Acabo de llegar, como quien dice. Escribo de un modo sistemático desde hace unos cinco años y de momento no me puedo quejar.
Tengo cinco títulos más probando suerte en distintos concursos. Y ya veremos qué ocurre. Parece ser que el año bisiesto me está resultando favorable.
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Domingo F. Faílde
Abril, 2008.-